Federico Cavaliere: "El hincha de Gladiadores me pide más patadas"

Apareció en el bar de un gimnasio de Congreso vestido sólo con antiparras y un slip con la bandera argentina (el sol le quedaba justo en medio de la cola). Federico Cavaliere, histórico y referente de la defensa Celeste, pidió un agua mineral Ser sabor naranja – durazno y se sentó amablemente a responder las preguntas de este medio.
Una charla que repasa las patadas, los conflictos mediáticos y las relaciones familiares del pelado combativo que con sacrificio y dureza supo ganarse a la popular de Gladiadores.

- ¿Cuál fue tu mejor patada?
Es imposible olvidar la patada voladora al adolescente de no me acuerdo qué equipo (Nota del Narrador que no olvida: Desacataos). Me deslicé en el aire al estilo de los Súper Campeones y me sacaron del estadio por la fuerza pública. La batahola desencadenó que Maxi Fernández pidiera el documento del chiquito golpeado, alegando que era menor para jugar en tan hostil torneo.

- ¿Te molesta que te comparen con Fernández cuando se habla de expulsiones?
Sí, porque Fernández se jacta de haber sido expulsado menos veces que yo y puedo asegurar que estamos empatados. La diferencia radica en que su haber hay expulsiones por mariconear y por boludo. Las mías son todas por batallas. Eso el hincha lo reconoce y aplaude.

- ¿A qué rival te quedó ganas de partirle un tobillo?
Hubo un partido contra UTN que perdimos a 4 a 1 y se pegó indiscriminadamente y a mansalva. En UTN jugaba un tal Carlitos, que por cierto nos pintó a cara. Aguanté todo el partido en darle una murra para no quedar expuesto. Cerca del final, después de comprobar que el arbitro no me iba a expulsar, decidí r a buscarlo para romperle la rodilla. En ese instante, el técnico de los contrarios pide cambio: sale Carlitos, entra mengano. Así fue como mis intenciones de ajusticiar a ese maleducado no pudieron llevarse a cabo.

- ¿Qué opina de los incidentes que protagonizó con el nene Gordo de Patito Feo?
Quiero aclarar que esa noche había en el auto otros miembros del plantel de Gladiadores. Los que comenzaron la gresca fueron los demás. Yo intervine cuando el nene gordo le mostró el pito a Ramiro Fernández, que sonrió y se le calló la baba.
Primero le dije a mi compañero que no mariconee. Después, al ver que el nene gordo le pedía el celular mediante un gesto con su mano derecha, me bajé del auto indignado y lo corrí. El nene gordo, al darse cuenta de que era Emi –arma mortal al volante- quien manejaba el auto, eligió sabiamente correr por Rivadavia para salvaguardar su vida.

- ¿ El técnico que le dijo?
Que tengo que cuidar mi imagen, ya que soy una persona conocida y no puedo exponerme así en la vía publica. Que si protagonizo otro incidente de esas magnitudes me va a mandar un partido al banco de la Tercera. A él no le importa que me involucren en escándalos con vedettes. Eso está permitido. Pero con el elenco de patito feo o de casi ángeles, no.

- ¿En qué sos peor que tu hermano?
En nada. Bah, en hacer petes. Se dice en el barrio que él los hace muy bien y yo no tengo ni idea de cómo se hace.

- ¿No te da vergüenza nadar con slip rosa?
Tenía un alumno que me pedía por favor que le dé clase con ese slip. Para no incriminarlo, sólo voy a decir sus iniciales: A.B. Por abajo del agua me tocaba la cola. Yo elevé una denuncia a la fiscalía de hombres abusados por otros hombres porque cada ves que me metía al agua a darle clases me sentía ultrajado.

- ¿Para qué está Gladiadores este año?
Para pelear por el ascenso. No me cabe dudas que podemos lograrlo. Tenemos un equipo mucho más aguerrido que otros años y por momentos dominamos los partidos contra cualquier rival. Sólo dependemos de nosotros

- ¿Qué te dice el hincha en la calle?

Me pide otra patada de antología. Dicen que hace mucho que en Gladiadores no se ve violencia. El hincha está cansado de amarillas por protestar, quiere que vuelvan esas terribles patadas de la defensa de Gladiadores, esas que sacaban a los rivales de la cancha y se recuerdan por muchos años.