Me gustaría empezar este relato con un breve comentario extra futbolístico. Y lo voy a hacer nomás. Porque en el departamento de prensa está la sensación de que las crónicas ya aburren. En especial desde que las relaciones diplomáticas le sacaron los condimentos de antaño.
Y lo decimos con datos concretos: una medición realizada por una importante consultora de la zona de Palermo que se especializa en asuntos energéticos señala que desde que cesaron las cargadas, bajó el raiting. El público gladiador quiere pan y circo; y esta versión light no termina de convencer. Porque, seamos sinceros, era preferible leer en espacios ajenos “los putos de gladiadores”, que “el siempre difícil gladiadores”. Pero las reglas de juego son estas y hay que respetarlas.
Ahora volvamos. Les decía, que el sábado post partido me reuní con el DT a mirar una película, medio plomazo por cierto. A los pocos minutos de comenzada la función, un generalote francés, que basaba su opinión en el libro rojo de Mao, indicaba que en las guerras de guerrilla lo más importante es la retaguardia. Ahí, en ese preciso instante, miré al DT. Él también giró la cabeza. No nos dimos un beso, si es lo que están pensando. Busqué una explicación. Y el Moya hizo el gesto afirmativo: Sí, con la cabeza. No sé si el Moya quiso hacerse el experto en guerras revolucionarias (cosa que no es por un simple motivo: es empresario) o si se estaba sincerando por lo ocurrido horas antes.
Qué quiero decir con esto: el ejemplo del Moya no sólo es Griguol. También lo es Mao. Todos atrás, defensa, uñas y dientes, soportar la embestida del enemigo. Y si nos queda tiempo, corramos, tiremos una granada y volvamos a la trinchera. Rápido, no sea cosa que se nos incruste una bala en el culo y perdamos un soldado.
Y así lo plasma en la cancha el gran estratega de Caballito Sur, hoy de prestado en el glamour de Palermo. El creador de la doble línea de cinco salió con la suya en la séptima fecha: un 0 a 0 para la historia, para las páginas más gloriosas del libro que escriben los sabios, los que entienden que “hacer goles ya fue”, que es cosa de equipos antiguos. “Hoy el fútbol pasa por partidos trabados con pocas llegadas”, dice a sus conocidos cuando toma un par de copas de más en los bares de Boedo.
El rival de la jornada fue Rejunte, segundo en el campeonato. Y el mayor beneficiado con el empate fue el puntero, que logró despegarse de sus escoltas y extendió su ventaja a cuatro unidades.
¿Qué pasó adentro de la cancha? El primer tiempo se pareció bastante al match anterior. Gladiadores replegado, sin la pelota y tratando de cortar circuitos cerca del arco de Gustavo. Bastante malo. Aburrido, poco fútbol. Más por el lado de Pompeya.
En el segundo las cosas cambiaron, el celeste aprovechó que tiene más resto físico que Rejunte y salió a buscarlo. El partido fue entonces más equilibrado, con una leve superioridad gladiadora. También se abrió el juego. El conjunto de casaca gris tuvo algunos contragolpes con los que generó más peligro que cuando apostó al ataque convencional y Gladiadores estuvo cerca en un par de oportunidades. Dos penales dudosos no cobrados y una muy clara en los pies de Villar, a quien el arquero le tapó un mano a mano, son los destacados en ataque de los del Moya.
Hay que resaltar que en la última se fue expulsado el lateral derecho celeste por una falta de último recurso. También vio la roja el fouleado de Rejunte por insultar al infractor desmedidamente.
Formación: Gustavo; Topo, Ariel, Fede, Maxi; Omar, Ale, Ramiro; Germán, Villar; Nico. DT: Moya
Cambios: ST: Picu por Ramiro; Cala por Omar.
Incidencias: ST Expulsado Ariel
Cancha: 1
Y lo decimos con datos concretos: una medición realizada por una importante consultora de la zona de Palermo que se especializa en asuntos energéticos señala que desde que cesaron las cargadas, bajó el raiting. El público gladiador quiere pan y circo; y esta versión light no termina de convencer. Porque, seamos sinceros, era preferible leer en espacios ajenos “los putos de gladiadores”, que “el siempre difícil gladiadores”. Pero las reglas de juego son estas y hay que respetarlas.
Ahora volvamos. Les decía, que el sábado post partido me reuní con el DT a mirar una película, medio plomazo por cierto. A los pocos minutos de comenzada la función, un generalote francés, que basaba su opinión en el libro rojo de Mao, indicaba que en las guerras de guerrilla lo más importante es la retaguardia. Ahí, en ese preciso instante, miré al DT. Él también giró la cabeza. No nos dimos un beso, si es lo que están pensando. Busqué una explicación. Y el Moya hizo el gesto afirmativo: Sí, con la cabeza. No sé si el Moya quiso hacerse el experto en guerras revolucionarias (cosa que no es por un simple motivo: es empresario) o si se estaba sincerando por lo ocurrido horas antes.
Qué quiero decir con esto: el ejemplo del Moya no sólo es Griguol. También lo es Mao. Todos atrás, defensa, uñas y dientes, soportar la embestida del enemigo. Y si nos queda tiempo, corramos, tiremos una granada y volvamos a la trinchera. Rápido, no sea cosa que se nos incruste una bala en el culo y perdamos un soldado.
Y así lo plasma en la cancha el gran estratega de Caballito Sur, hoy de prestado en el glamour de Palermo. El creador de la doble línea de cinco salió con la suya en la séptima fecha: un 0 a 0 para la historia, para las páginas más gloriosas del libro que escriben los sabios, los que entienden que “hacer goles ya fue”, que es cosa de equipos antiguos. “Hoy el fútbol pasa por partidos trabados con pocas llegadas”, dice a sus conocidos cuando toma un par de copas de más en los bares de Boedo.
El rival de la jornada fue Rejunte, segundo en el campeonato. Y el mayor beneficiado con el empate fue el puntero, que logró despegarse de sus escoltas y extendió su ventaja a cuatro unidades.
¿Qué pasó adentro de la cancha? El primer tiempo se pareció bastante al match anterior. Gladiadores replegado, sin la pelota y tratando de cortar circuitos cerca del arco de Gustavo. Bastante malo. Aburrido, poco fútbol. Más por el lado de Pompeya.
En el segundo las cosas cambiaron, el celeste aprovechó que tiene más resto físico que Rejunte y salió a buscarlo. El partido fue entonces más equilibrado, con una leve superioridad gladiadora. También se abrió el juego. El conjunto de casaca gris tuvo algunos contragolpes con los que generó más peligro que cuando apostó al ataque convencional y Gladiadores estuvo cerca en un par de oportunidades. Dos penales dudosos no cobrados y una muy clara en los pies de Villar, a quien el arquero le tapó un mano a mano, son los destacados en ataque de los del Moya.
Hay que resaltar que en la última se fue expulsado el lateral derecho celeste por una falta de último recurso. También vio la roja el fouleado de Rejunte por insultar al infractor desmedidamente.
Formación: Gustavo; Topo, Ariel, Fede, Maxi; Omar, Ale, Ramiro; Germán, Villar; Nico. DT: Moya
Cambios: ST: Picu por Ramiro; Cala por Omar.
Incidencias: ST Expulsado Ariel
Cancha: 1
- La camiseta negra sigue virgen: aún no convirtió goles.
- Gladiadores lleva 320 minutos sin hacer goles.
- El departamento de prensa no recuerda cuando fue la última vez que Gladiadores perdió en la cancha 1.
- Nuevamente, el celeste tuvo problemas para juntar 11 jugadores.
- La última vez que había sido expulsado Ariel fue vs. Pmascal también en cancha 1 en 2006.
- Gladiadores lleva 320 minutos sin hacer goles.
- El departamento de prensa no recuerda cuando fue la última vez que Gladiadores perdió en la cancha 1.
- Nuevamente, el celeste tuvo problemas para juntar 11 jugadores.
- La última vez que había sido expulsado Ariel fue vs. Pmascal también en cancha 1 en 2006.
1 comentario:
Cronista no deschave la estragia y no se olvide que hoy China es una potencia.
Grupo sushi con ginebra
Publicar un comentario